Los rebeldes que escupen fuego llegue a la fiesta temprano,
Sus chaquetas de color caqui se cuelgan en el armario cerca de la piel.
Pedir folletos de las damas, mientras critican a los señores.
Con el asesinato de las mismas manos que vierten.
Y las víctimas aprender a reír, por lo menos no se aburren.
Y mis hombros tuvo que encogerse de hombros
Mientras me arrastro por debajo de la alfombra
Y volver a sintonizar mi piano.
La anfitriona es enorme, llena la habitación con perfume,
Conoce a los invitados y les ahoga con saludos.
Y se pregunta "¿cómo estás ', como ella les ofrece una bebida,
La Condesa de la gracia social, que parece nunca a parpadear.
Y me promete hablar con usted, si me prometes no pensar.
Y mis hombros tuvo que encogerse de hombros, mientras me arrastraba por debajo de la alfombra
Y reajustada mi piano.
La belleza de la hora está ardiendo en el presente,
Ella se rodea de los que se rendiría.
Flotando en la adulación que ella es un trofeo, premio, acariciaba.
Protegido por una cara bonita, a veces maldita, a veces bendito.
Y ella está mirando hacia abajo a sus deseos, mientras que están mirando su vestido.
Y mis hombros tuvo que encogerse de hombros
Sólo entre todos podremos hacer de éste un sitio mejor :)